Un desafío del desarrollo es cómo promover la innovación tecnológica que mejore la adaptación al cambio climático y la seguridad alimentaria del agricultor. La innovación no se basa en un proceso lineal de difusión de tecnologías sino en la participación creativa basada en nuevos aprendizajes. Las redes, que constituyen un espacio de facilitación de generación participativa de innovaciones tecnológicas y organizacionales, requieren metodologías adecuadas para ser más eficientes en su función promotora de una agricultura sostenible, resiliente y adaptada al clima con seguridad alimentaria y beneficios por la reducción de emisiones de GEI.
Se gestó un proceso con las plataformas locales para promover una agricultura sostenible y adaptada al clima, que incluyó el diagnóstico de fortalezas, debilidades, oportunidades y desafíos de las fincas y de las limitaciones para la innovación, priorización de opciones tecnológicas y organizacionales y su evaluación mediante la calculadora de desempeño ASAC bajo diferentes escenarios climáticos, ensayo de las opciones en escuelas de campo para agricultores y validación mediante la cuantificación de cambios en conocimientos, adopción y desempeño de las innovaciones. El proceso de fortalecimiento de las redes usa un enfoque participativo que moviliza a los actores en cada etapa y se basa en actividades como revisión de literatura, entrevistas y trabajo en grupos focales, simulación del efecto de las tecnologías propuestas sobre la seguridad alimentaria, resiliencia, y emisiones de GEI, ensayo de las nuevas tecnologías en fincas, visitas de campo, e intercambio entre productores.
Una metodología para el desarrollo y monitoreo de plataformas de innovación para la adaptación de la agricultura al cambio climático y la mitigación de la emisión de GEI. Incluye indicadores de la articulación entre actores, del incremento del conocimiento de los productores sobre el cambio climático y de los intercambios entre la producción, la adaptación y la reducción de las emisiones de GEI. La metodología desarrollada permitirá un trabajo colaborativo entre productores e investigadores para promover, mediante la innovación, una agricultura sostenible y resiliente adaptada a la evolución del cambio climático a nivel local. La metodología ya fue incluida en el programa CCAFS en sus 36 sitios de estudio en Latino América, África y Asia.