En Argentina se cultivan 6 millones de hectáreas de alfalfa, ubicando a este país como segundo productor mundial, luego de los EE.UU. En Chile y Uruguay las superficies de cultivo son 250.000 y 100.000 ha respectivamente, lo que representa aproximadamente el 30 % de la superficie potencial cultivable de estos países. El manejo indebido de la alfalfa puede provocar una pérdida rápida y constante de la fertilidad nitrogenada del suelo, si no existe un sistema de reciclaje parcial del nitrógeno unido a un eficiente sistema de fijación biológica de nitrógeno por asociación con rizobios específicos. Por lo tanto, la propiedad de la alfalfa de mantener la fertilidad de los suelos depende en gran medida de su capacidad para incorporar nitrógeno de la atmósfera.
Para la evaluación de la eficiencia relativa de las cepas introducidas en inoculantes se implantaron dos ensayos denominados “Ensayos Núcleos” (EN) en cada uno de los países participantes según el protocolo previamente establecido. Los EN involucraron parcelas de alfalfa inoculada y no inoculada y parcelas de un cultivo de referencia no fijador para la determinación de FBN mediante la técnica de 15N. Complementario a los EN, se realizó una colección de cepas de rizobios nativos a través de muestreos regionales para determinar biodiversidad. El análisis de la capacidad PGPR/NPR se realizó mediante caracterización morfológica, respuesta bioquímica y ensayos de coinoculación sobre plantas de alfalfa. El intercambio de experiencias entre los profesionales participantes se realizó permanentemente a través de la coordinación y de encuentros anuales de monitoreo en el que participaron todos los investigadores responsables de cada acción.
Se concluyó que las diferencias en producción de forraje entre el cultivo inoculado y no inoculado se evidencian solo cuando: 1) la población de rizobios pre-existente en el suelo es baja, 2) hay baja disponibilidad de materia orgánica en suelo o 3) no hay otro factor limitante. Respecto a la meta de colección de cepas, se observó que de 100 aislamientos provenientes de Argentina, 74 de Chile y 23 de Uruguay, y tras las pruebas de infectividad y eficiencia, 8 de los provenientes de Argentina, fueron mas eficientes que la cepa testigo; 10 de los provenientes de Chile también superaron a su respectivo testigo en tanto que dos se mostraron como ineficientes o parasitarias. Respecto a las cepas PGPR, se observó que en Uruguay y Chile prevalecen las solubilizadoras de P, en tanto las predominantes en Argentina son las de acción biocontroladora.