El cambio climático viene ahondando la problemática de poblaciones pobres en los Andes Altos de Bolivia y Ecuador y en el Sur de Chile. Las leguminosas del género Lupinus tienen gran capacidad para adaptarse a condiciones de clima y suelo muy adversas y tienen un alto contenido de proteína, calcio, hierro y zinc. En Bolivia y Ecuador predomina el Lupino amargo (Lupinus mutabilis), mientras que en Chile se cultivan tanto las variedades amargas como las dulces (L. albus, L. angustifolius y L. luteum). Se estima que se cultivan unas 1500 ha en Bolivia, 5974 ha en Ecuador y que, en Chile en los últimos 5 años, la superficie sembrada con lupino amargo ha fluctuado entre 4600 y 12300 ha, y que la de lupino dulce ha fluctuado entre 5900 y 12700 ha.
Existe gran variabilidad entre especies y variedades de Lupinus, por lo que se requiere medir la productividad de las mismas bajo diferentes condiciones agroecológicas y de manejo agronómico. Por otro lado, dado el grado de degradación de los suelos, la capacidad de fijación de nitrógeno del lupino y la incorporación de la biomasa aérea al suelo resultan benéficas para recuperar la fertilidad de los suelos.
La cosecha es engorrosa tanto en el trillado como en el venteado.
Las variedades amargas son altas en alcaloides, por lo que se requiere su remoción para poder consumirlas. El proceso tradicional requiere ingentes cantidades de agua y toma varios días, por lo que los nuevos procesos desarrollados y validados en el proyecto son más eficientes redundando en beneficios económicos y ambientales.
Para incentivar el consumo del Lupino se requiere cambiar la imagen y agregar valor a través de su introducción a mercados más dinámicos.
En Bolivia, L. mutabilis y L. albus tuvieron mejor rendimiento que L. angustifolius.
Se validó una tecnología para desamargado que redujo el consumo de agua de 80 a 40 l/kg de grano.
Se desarrollaron tres productos, que se venden en cadenas de supermercados. En el 2017 se comercializaron 1500 unidades/mes.
En Ecuador la fertilización incrementó los rendimientos de 515 a 909 kg/ha.
Una nueva técnica de desamargado redujo el tiempo de 84 a 58 horas y el consumo de agua de 96 a 66 l/kg de grano.
Se evaluó aceptabilidad y preferencia por productos (harina, grano crocante, liofilizado y otros) y se exportó harina de lupino por primera vez.
En Chile el L. albus mostró un rendimiento superior a las otras dos especies y es más eficiente en producción de proteína, superando los 1500 a 2000 kg/ha.
Se colaboró con una empresa que produce alimento para salmones, que ahora compra y procesa lupino.