De un Cultivo Pobre a un Plato Estrella: la puesta en valor del Maní y el Orégano en Bolivia
Desde 2004, la Fundación Valles fomenta la producción sostenible de maní y orégano, dos cultivos tradicionales que pueden contribuir a reducir la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria de miles de bolivianos en áreas rurales.
El contexto de la historia
Tradicionalmente, el cultivo del maní, una especie emblemática de la gastronomía boliviana, fue tarea de pequeños agricultores de pueblos originarios.
La baja productividad y la contaminación de los granos con aflatoxinas limitaron la disponibilidad del maní, fuente de proteínas, vitaminas y minerales.
A la vez, Bolivia sufre importantes carencias nutricionales, ya que la pobreza alcanza al 36.4% de la población, en especial en áreas rurales y periurbanas.
En este contexto, surgió un plan para estandarizar el cultivo, el control de calidad y la producción del maní y el orégano como estrategia para combatir la pobreza y la desnutrición.
Con Maní y Orégano una Comunidad Puede Crear Riqueza
La iniciativa implementada
En 2004, la Fundación Valles inició un proyecto de investigación participativa con 2.000 familias, haciendo foco en maní y orégano para autoconsumo, mercados locales y exportación.
El orégano fue elegido por su rusticidad, adaptación a suelos pobres y diferentes altitudes, y fácil manejo que facilita la participación de toda la familia en las tareas productivas.
El proyecto implementó buenas prácticas agrícolas y de post cosecha, tecnologías para la transformación industrial, y estrategias de acceso a los mercados.
Una Metodología Participativa con Foco en la Estrategia de Negocios
La solución tecnológica
Durante 18 años la Fundación Valles contribuyó al desarrollo de diversas cadenas productivas.
Para las cadenas convencional y orgánica en el cultivo del maní, se mejoraron procesos de producción, cosecha, post cosecha y acopio, con protocolos de calidad para garantizar la inocuidad.
Las familias participaron en la creación de materiales didácticos y manuales de procedimientos para apoyar la adopción de tecnologías.
Los pequeños agricultores recibieron información de mercados para garantizar transacciones transparentes y precios justos.
Se empoderó a los productores para que participaran en ruedas de agronegocios y accedieran a nuevos mercados.
Por otro lado, el cultivo del orégano fue introducido en una de las zonas más pobres del país, como una alternativa para pequeños agricultores con tierras poco aptas.
También en esta cadena se introdujo innovación productiva, información de precios y participación en ruedas de negocios para crear nuevos empleos y lograr mayores ingresos para la población.
“Pocos saben lo difícil que fue comenzar con el negocio; la cosecha de maní no era buena y las ganancias eran pocas, pero valió la pena.”
Países participantes
Tipo de Proyecto
Resultados
El consumo de maní aumentó 18.2% en 2014.
250 productores exportaron 54 t anuales de maní pelado con certificación orgánica, aumentando el ingreso familiar en 30%.
En cinco años, la superficie cultivada con maní se extendió de 0,26 a 0,38 ha/familia.
Tres grupos de mujeres han creado un emprendimiento exitoso con semillas de maní tostado y venden localmente 12 t de maní transformado.
Los niveles de a?atoxinas en el maní bajaron del 30% en 2010 al 1% en 2016.
Actualmente, 2.805 productores producen, consumen y exportan orégano. Se embarca un promedio de 450 t por año y los ingresos familiares se incrementaron en 84%.
Se monitorearon 67 mercados y se elaboraron 3.495 informes de mercado y 6.280 boletines radiales.