La unión hace la fuerza y también promueve la nutrición
Liderada por el ICTA y apoyada por HarvestPlus, la Plataforma multisectorial BioFORT coordina investigación, desarrollo y promoción de cultivos biofortificados para la nutrición de Guatemala, una nación con altos índices de hambre oculta.
El contexto de la historia
Guatemala tiene el mayor nivel de desnutrición en Latinoamérica y unos de los más altos en el mundo.
En Guatemala, la desnutrición crónica afecta al 46,5% de los niños menores de 5 años, el 32,4% de los cuales sufre de hambre oculta a causa de dietas insuficientes en hierro, zinc y provitamina A. Estas deficiencias provocan retraso en el desarrollo corporal y cognitivo, y ceguera.
Para aumentar la cantidad de micronutrientes en las comidas tradicionales, entonces, se decidió biofortificar el maíz y el frijol, entre otras fuentes significativas de hierro y zinc tanto para niños como para mujeres embarazadas o lactantes.
Aliados contra el hambre oculta
La iniciativa implementada
En 2015, se creó la Plataforma BioFORT, liderada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) y con apoyo de HarvestPlus, autoridad mundial en biofortificación.
Esta alianza, conformada por instituciones de gobierno, organizaciones no gubernamentales, universidades, productores de semilla, y sociedad civil, coordina esfuerzos de investigación y desarrollo para promover la producción y el consumo de cultivos biofortificados.
Su objetivo es fortalecer la nutrición de la población en todo Guatemala.
Generando semillas, esparciendo conocimiento
La solución tecnológica
Mediante la gestión de HarvestPlus, Guatemala obtuvo las líneas genéticas básicas de maíz, frijol y camote.
BioFORT realizó ensayos de campo e implementó la liberación de los cultivos biofortificados, que fueron seleccionados de acuerdo a su adaptación y productividad, comparadas con las de variedades tradicionales, para incentivar la adopción por parte de los agricultores.
También se realizaron mediciones de los productos para asegurar, entre otras ventajas, buen tamaño de grano, sabor agradable y rápida cocción.
Recién entonces, las semillas biofortificadas fueron liberadas e inscriptas legalmente para su posible uso comercial, y, una vez multiplicadas, ofrecidas a los productores.
Se puso en marcha un plan de transferencia de tecnología y capacitación para ayudar a las familias a adoptar estos cultivos.
Uno o dos años después de la liberación de las variedades biofortificadas, se midieron índices de desempeño agronómico y de aceptabilidad entre la población beneficiaria.
"Con estas semillas ayudamos a mejorar la alimentación de los niños, por eso las promovemos entre nuestros socios."
Países participantes
Tipo de Proyecto
Resultados
En cuatro años BioFORT enfrentó la malnutrición en 15 de los 22 departamentos de Guatemala. La plataforma benefició en forma directa a 88.004 agricultores e indirectamente a más de medio millón de familiares que consumen frijol, maíz y camote biofortificados con hierro, zinc y provitamina A.
El tonelaje de producción y el área cultivada han crecido sostenidamente desde el inicio de la plataforma.
Algunos socios de la plataforma se sumaron a la producción de semilla certificada de maíz y frijol que, por tratarse de bienes públicos, se pueden guardar para próximas campañas, brindando sustentabilidad a la iniciativa.
La plataforma ha realizado estudios exhaustivos de aceptabilidad de los cultivos biofortificados.