Buena Ciencia y Buena Gestión se Alían para Dar Batalla a la Desnutrición
Desde 2016, una alianza liderada por el ICTA y apuntalada por la gestión innovadora de ATESCATEL promueve la producción y venta de semillas de cultivos biofortificados en el corredor seco guatemalteco. Su impacto alcanza a más de 5.000.000 personas.
El contexto de la historia
Guatemala tiene el mayor nivel de desnutrición crónica en Latinoamérica.
El 32,4% de los niños guatemaltecos menores de 5 años presenta hambre oculta por dietas insuficientes en micronutrientes como hierro y zinc.
Si bien los guatemaltecos pueden obtener estos nutrientes esenciales del maíz blanco y el frijol negro, desde 2015 la zona productora de estos granos básicos en Guatemala está afectada por sequías recurrentes causadas por el cambio climático.
Actualmente, cerca del 37% de la población de esta región, hoy llamada corredor seco por la frecuencia de sus sequías cíclicas, sufre inseguridad alimentaria severa o moderada.
Fortificar Granos, Fortificar Gestión, Fortificar la Nutrición
La iniciativa implementada
Con el propósito de enriquecer la dieta familiar, el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) desarrolló, probó y liberó variedades biofortificadas de frijol, maíz y maíz híbrido.
Por su parte, con formación y apoyo de Plataforma BioFORT y HarvestPlus, a partir de 2016, ATESCATEL desarrolló un modelo de integración vertical de las cadenas de semillas convencionales y biofortificadas, desde la producción hasta la venta.
La alianza enfrentó unida retos tecnológicos y culturales para desarrollar, producir, y difundir la semilla biofortificada.
La Biofortificación de Semillas en un Marco Colaborativo
La solución tecnológica
El ICTA implementó la biofortificación de maíz y frijol con el apoyo de HarvestPlus, que ayudó obtener material genético de variedades con alta calidad nutricional.
El instituto evaluó y seleccionó materiales por su adaptación al medio y rendimiento agronómico.
Más adelante, algunas variedades fueron enviadas a parcelas de prueba en fincas de agricultores, quienes las manejaron con su tecnología tradicional.
Los investigadores también realizaron estudios de aceptabilidad sensorial entre las familias de los productores.
Luego de un proceso que duró varios años, las nuevas variedades fueron registradas y liberadas al mercado.
El equipo realizó jornadas de campo con productores y consumidores y distribuyó materiales para promover los cultivos.
ATESCATEL participó en la iniciativa desde las primeras evaluaciones de las nuevas variedades biofortificadas que se llevaron a cabo en campos de asociados. Luego de capacitarse, la cooperativa revolucionó su modelo de gestión y comenzó a producir las nuevas semillas, diversificando su portafolio.
“Cuando cultivamos estas variedades, nuestros niños comen una porción de frijoles y una tortilla, como siempre, pero el contenido nutricional es mayor.”
Países participantes
Tipo de Proyecto
Resultados
Se calculan más de 14.000 beneficiarios directos.
Los beneficiarios indirectos incluyen 340.750 mujeres de bajos ingresos con riesgo de anemia.
Según HarvestPlus, la tortilla (sustituto del pan) con maíz ICTA HB-18ACP+Zinc tiene el doble de zinc que la elaborada con el grano convencional.
El maíz ICTA B-15ACP+Zinc aporta el 90% de las proteínas que contiene la leche, mientras el maíz convencional brinda solo el 40% de ellas.
Las semillas biofortificadas están ocupando un porcentaje creciente del portafolio de ventas de ATESCATEL, lo que se traduce en una mayor adopción por parte de los agricultores de pequeña escala de la región.
La mejora económica para la cooperativa fue muy significativa después de diversificar su portafolio.