Difusión de innovaciones tecnológicas exitosas en plátano, para el manejo ecoeficiente del cultivo en Colombia, Ecuador y Venezuela

El plátano y banano se propagan tradicionalmente mediante clonación vegetativa, es decir mediante cormos o colinos. Este tipo de propagación permite la multiplicación escalonada de los cultivos y la reutilización de la semilla entre una cosecha y otra, pero el uso de material de siembra afectado por fitopatógenos es la principal fuente de diseminación de enfermedades. Entre las más relevantes están la Marchitez vascular o Moko (causada por Ralstonia solanacearum raza 2) de importancia cuarentenaria.

El uso inadecuado del material de siembra afectado ha contribuido a la diseminación de Moko en varios países de América Latina y el Caribe, como México, Honduras, Ecuador, Venezuela, Guyana, Trinidad, Colombia, donde ha devastado hasta el 100% de áreas cultivadas con musáceas.  La mejor estrategia de manejo es de tipo preventivo, mediante el uso de semilla certificada, que garantice la calidad varietal y fitosanitaria a través de un sistema de propagación eficiente y estandarizado, que cumpla con las normativas propias de cada país para la certificación de semilla y se adapte a los programas de seguimiento fitosanitario por parte de las entidades reguladoras en cada país.

El objetivo del proyecto fue determinar el grado de adopción e impacto que tuvo el proyecto “Fortalecimiento de cadenas de valor de plátano: Innovaciones tecnológicas para reducir agroquímicos- FTG-0605”.  Se midió el incremento en capacidad productiva, incluyendo el potencial de las cámaras térmicas, la calidad fitosanitaria y el comportamiento agronómico de la semilla propagada bajo estas condiciones; la producción de biolixiviado y ventajas de su uso en campo; y el incremento en rendimientos mediante el uso de materiales resistentes a enfermedades que fueron seleccionados en evaluaciones previas.